Juan Villoro y el ciclo de Teatro Latinoamericano “El teatro y la literatura representan la arriesgada realidad de vernos tal y como somos por dentro”: Juan Villoro
Participó en el ciclo de Teatro Latinoamericano que
se realiza en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque “La
literatura es el invento de una naturalidad”, dijo Juan Villoro, quien participó
en el ciclo de Teatro Latinoamericano, que se realizará hasta el 10 de
septiembre en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque.
Luego de reconocer que se acercó tardíamente al
teatro, el autor de El testigo y La noche navegable, afirmó que una de las
misiones de este género y de la literatura es explorar las posibilidades
naturales del habla.
Señaló que “en estos tiempos en que se vive un
déficit de realidad, el teatro permite la nostalgia de lo real. El teatro nos
acerca profundamente a la realidad, es el ejercicio estético en el que la
realidad se produce a tus ojos, a diferencia del cine, por ejemplo”.
Apuntó el también narrador y novelista que el
teatro “tiene una gran fuerza ritual, de congregación ceremonial de la gente,
ya que permite el contacto emocional directo”.
Para el ganador del Premio Internacional José
Donoso 2012, el teatro y la literatura representan “la arriesgada realidad de
vernos tal y como somos por dentro”.
Sobre su obra teatral Conferencia sobre la lluvia,
que actualmente se presenta en la Biblioteca Vasconcelos, gracias a la Compañía
Nacional de Teatro del INBA, explicó que se trata del monólogo de un bibliotecario
que va a dar una conferencia sobre poesía amorosa y la lluvia. Como tiene que
improvisar, cae en otra forma de la teatralidad, que es la confesión personal.
“El género de la conferencia tiene un componente de
teatralidad y se asemeja a la seducción que puede tener el teatro,
especialmente el soliloquio o el monólogo”, destacó Juan Villoro.
Según el escritor mexicano nacido el 24 de
septiembre de 1956 y ex conductor del programa radiofónico “El lado oscuro de
la luna”, existen dos tipos de conferencia: la escrita, “que en lo personal me parece
un tanto absurda, porque le quita el aura de la comunicación que se produce en
el momento en que es propiciada”.
Y la otra es, agregó, la improvisada, que se da en
el momento en el que conferencista “se explora a sí mismo y busca las
posibilidades espontáneas de la inteligencia, aunque con un plan premeditado, tratando
de generar otra forma de conocimiento”.
La literatura, el teatro y la conferencia
improvisada nos remiten “a la autoridad de la voz, apelan por un pacto con el
lector, en el cual este afecta ese universo y acepta ese orden de cosas que es
distinto al nuestro, es un pacto de verosimilitud”, explicó Villoro.
Afirmó que el secreto de una obra literaria depende
de hacer creer al lector que lo que ahí ocurre es verosímil, y posteriormente
puso loscasos de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez; Lolita, de Vladimir
Nabokov; Pedro Páramo, de Juan Rulfo, y La montaña mágica, de Thomas Mann,
entre otros libros.
“De elementos irracionales está hecho el arte”,
aseguró finalmente, por ello los creadores deben ofrecer al lector sorpresas de
lo real, con el fin de atarlos y hacer que esa realidad sea creíble, única e
irrepetible.
“Villoro ha leído a Salinger, Henry Miller y José
Agustín; ha asimilado a Lennon y McCartney, a Pink Floyd y al cine de Godard o
Richard Lester. Su universo juvenil está cruzado de referencias y obligaciones implícitas
(la primera de ellas: no hablar de las diferencias entre la realidad y la
fantasía), de sarcasmo y auto-ironía”, escribió Carlos Monsiváis, con motivo de
la aparición del libro de cuentos La noche navegable.